24 diciembre, 2008

22.12.08

Ha bastado con que la etrernidad suspire,
que encuentre, con los ojos, algo de pícara inocencia...
Ha caido magia desde el cosmos,
hasta los labios que se encuentran en el ruido...
-momentos que retornan-
asalto constante a los recuerdos
(acoso, si se quiere, de la realidad)

Ahí, arriba, las estrellas juegan con los mundos
y explotan, luces de colores que fulguran.
Magia que emana de los poros
y que vuelve a lo inconstante,
el extrañar...
dulce tormento
que, instintivamente, tiende a lo eterno...

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