16 marzo, 2011

Black - Pearl Jam

Hay cosas que tiene el extrañar que hacen que te sientas vivo… El silencio se vuele un aliado, una constante compañía, a pesar de no querer tenerlo tan cerca, se vuelve lo único que tiene un esbozo de respuesta.
El sentir que hay una persona a tu lado, pero que no está. Debe ser como cuando te amputan un miembro, esa sensación de aún poder contar con él, con esa parte que se ha ido y que puede no volver nunca.
Escuchar música empieza a volverse un alivio, aunque te das cuenta de cuanto habías dejado de lado algunas canciones por no decirte nada, y que ahora te dicen tanto y te sientes tan identificado… Lo peor es darte cuenta de todas esas cosas que tienes en común con estos desconocidos que le lloran al micrófono.
“now my bitter hands” Y sí, mis manos están rabiosas, pero se quedan en el profundo silencio de no saber qué hacer… de contemplar las cosas destruirse, irse, perderse en la nada. Ni siquiera tengo lágrimas o palabras. Solo este vacío que no puedo esquivar.
Estoy tratando de respirar con calma, de ocupar la mente en el trabajo, en las cosas que tengo que hacer, pero empieza a no funcionar… empieza a ser difícil concentrarse, mantener la atención en un solo punto… Empiezan a rebalsarme los recuerdos y las cosas que se repiten… las palabras que se repiten, el reloj que se repite… todo se vuelve así, como gris, como monótono…
¿Y dónde están los colores? – ¿qué vida he venido viviendo? – si aunque ahora todo se sienta tan distinto empieza a sentirse tan familiar y conocido… La intensidad viene bajando, igual que las pulsiones. Los impulsos pierden énfasis y poder. Empiezo a hacer las cosas por inercia.
No puedo articular el pensamiento sin pensar en lo que estarás pensando… Y me quedo en ese miedo constante a no saber qué pasará, pero con un temor aún más grande ante el “hacer algo” o el mantenerme en silencio. Por eso escribo, porque no puedo callar más y pretender que tu silencio no me lastima. No puedo pretender que no me importa, por más que quiera hacerlo, porque me importa demasiado “of what was everything”.
Se siente en medio del pecho – así empieza – y va hacia la espalda y se mantiene en el corazón, justo en la parte baja del corazón. Ahí es donde empieza a doler y uno dice “no puede doler tanto”, pero lo hace… ¿Cómo puede doler un espacio vacío? ¿Qué se siente si lo que se siente es un agujero? ¿Es la nada gritando?
Ves a las personas pasar, sonreír y seguir con su vida, y te preguntas ¿cómo lo hacen? ¿Cómo lo hacía yo?...te das cuenta de lo desconsiderado que has sido siempre, de lo frágil de esa felicidad que considerabas eterna… de lo repetitivo de las cosas, de la monotonía absurda de levantarse, darse una ducha, caminar al paradero, tomar un carro y sentarte a trabajar, a pesar de estar pensando tanto en algo que no se soluciona pensando tanto.
Piensas en mil cosas, en miles de cosas, pero a la vez sientes que estás estancado, que no hay avance posible. Que te cortan una parte… y lo peor es que se siente brutalmente real, brutalmente indiferente hacia el mundo. ¿Será que de eso se trata extrañar?
“As her body once did”. Sigue repitiéndose la película constante, la misma imagen, perdida entre tantas otras, como una presentación constante que avanza y no avanza… que está presente en su totalidad, abarcando cada espacio, cada segundo, y que a la vez no puedes sacar del foco central, no puedes no pensar, no puedes no mirar. Se vuelve así.
Después viene el dolor en las piernas, el quebrarse en las rodillas, el no querer caminar y no soportar estar quieto. El querer hacer algo, pero simplemente no tener las energías para hacerlo, y en realidad tampoco querer hacerlo del todo. Luego son los ojos, que se entrecierran un poco, se quedan así, como si tu campo visual se hubiera disminuido sin que te dieras cuenta.
También viene la falta de apetito, aunque tengas hambre. “I know you´ll be a star in somebody else´s sky” La falta de concentración, la desidia… el dolor, la sed de sed y de ser.

¿Cuándo termina todo esto?
¿Termina en algún momento?
¿Cómo cuantificar el vacío? ¿Cómo explicarlo?




Escuchaba "Black" de Pearl Jam, y me di cuenta de cómo me siento cuando no sé nada de ti, mi Magia.

04 marzo, 2011

Correo empresarial.

Si esperabas que fuera el sosiego el que llenara nuestras vidas, tal vez mirabas un poco fuera de nuestro foco… Tal vez son esas vicisitudes las que nos hacen ser tan exacta e idénticamente diferentes uno del otro: simétricamente, casi… Jugando en planos cartesianos o en curvas normales, mirando las cosas que han pasado con una inusitada alegría, porque hoy podemos estar más juntos que nunca.
Tal vez en el camino cambiamos los lentes que teníamos puestos y empezamos a creernos esto de vivir juntos para siempre, aunque hayan días en que seamos tan distantes, tan erráticos y conflictivos. Aunque a veces parezca que queremos desaparecernos de al vida del otro y disfrutar del silencio, de la calma apaciguada de la noche, de la oscuridad y la nada. Pero encontramos la manera de disfrutar de esas cosas lindas que tiene la soledad uno al lado del otro, conviviendo y creciendo, haciéndonos más fuertes y más sensibles… más y menos personas, porque somos más personas para nosotros mismos, mientras que crece nuestro cariño, nuestra compenetración.
Estoy mirando el teclado, como queriendo descifrar los pensamientos, los comportamientos, las cosas que han sido y las que serán. Y me quedo feliz, tranquilo e intranquilo sabiendo que nuestra vida siempre será esa montaña rusa de ir y venir, pero siempre con la firme convicción y seguridad de que llegaremos a nuestro destino.
Ha habido momentos oscuros, ¿no? Momentos en los que no la vimos, aunque quisimos verla… Y es complicado hablar de cosas que no son más, pero para bien, porque ahora el respeto que sentimos el uno por el otro habla cabalmente de todo aquello que hemos aprendido, de todo aquello que hemos aprendido a querer al otro.
Eres mi todo. Mi verdad. Mi forma de entender las cosas que no entiendo (y las que entiendo también). Mi rayito de sol en los días de invierno. Mi vientecito helado en los de verano. Mi nube cuando el sol quema. Mi luna esos días sin estrellas. Mi chalina en los días de viento. Mi capucha naranja con poderes mágicos. Mis errores y mis aciertos (como mis virtudes y defectos). Y sin querer queriendo, la persona que me hace sonreír cual si fuera un niño sin preocupaciones. Eres mis preocupaciones y mis calmas. Mis piernas pequeñas de futbolista frustrado y mis manos torpes de malabarista sin futuro. Mis pies de mono, mi cabeza de frente pronunciándose. Mis uñas mal cortadas (ambos sabemos porqué). Mis dolores de espalda y de cabeza, pero con tibio alivio perenne y pasajero (aunque usted no lo crea). Mi forma de reírme de cada cosa, y de renegar de todas las cosas que me hacen reñir como un tarado. Mi espejo del alma (y mi espejo de Gauss, también). Mi senderito del alma (como dijera Lisandro Meza). Mi Fly me to the moon (en la voz de Sinatra) y mi As Time goes by. Mi Pretend y mi unforgettable (aunque nos la hayan robado Tere y Manongo).
Eres mi sombra… la que va conmigo a todas partes aunque no me de cuenta del todo, porque donde estoy estás. Y sin quererlo, tal vez, has ido haciéndote una parte tan grande e importante de mi vida que hoy no imagino un día sin saber de ti, sin saber que me llamas, que me piensas… Creo que ese día (el que no pienses en mi) podría morir tranquilamente, sin rencores ni temores. Podría simplemente desaparecer de todo el mundo.
Pero gracias al cielo y a la vida que no es así! Gracias al cielo y al mundo porque puedo cerrar los ojos y seguir viéndote, y puedes cerrar los ojos y seguir sintiéndome. Gracias al cielo y a la vida porque puedo irme a dormir y pensar tan rico en ti… mirarte dormir con o sin ropa a mi lado. Cuando no estás te miro también, aunque un poco menos definida, tal vez por eso de no estar.
Y te extraño horrores, HORRORES, esos días en que no podemos vernos, tal vez por eso es que también me muero de ganas porque vivamos juntos y seamos una unidad empresarial-familiar-amorosa, con nada de empresarial (excepto porque suena bonito).
Te amo.
Eres mi todo.