Había estado escuchando el silencio por horas… Mirando por una ventana sucia, un alma terminada. Un re menor en la tristeza… Lluvia que no amaga su desidia. Tocando el frío vidrio, tratando de no estar, dejar de estar… volver a estar. Todo se había congelado, todo era blanco, níveo… todo era azul.
Resuena la brisa en mi sien, augurando esa calma que, perpetua, se ciñe sobre los rezagos de un adiós, y no se va. Solo silencio por venir, aunque haya voces que calcinan el recuerdo, aunque el viento helado despierte la expresión y el tiritar…
Camina un lobo, un perro de nieve, y de nuevo soledad…
Se había detenido el tiempo; años por segundos que sonríen iracundos. Atiné a cerrar los ojos, a acompañar el silencio absoluto con oscuridad… Lejos de todo y de todos; sintiendo el tibio aliento de la desesperanza. ¿Existe una manera más fácil?.. Abro los ojos desesperado, sintiendo asfixia, tosiendo en silencio. Todo es silencio…
