Lo último que resonó en el viento fue su voz: - ¡Mándate! Y así empezó a abrirse campo la existencia… así empezó a sentir el viento en sus ojos, la emoción sublime de escaparse… Sus manos empezaron a tocar la eternidad… Con todo un conjunto de sensaciones, de momentos que se van… El viento, como mil sirenas gritando en sus oídos, y con los sentidos alerta, mirando la nada, sintiendo la nada… cabello que pinta un arcoiris en el cielo, que alerta de lo ajeno…
El corazón late con furia, las lágrimas asoman de la emoción… Toda la expectativa generada alrededor de la inmortalidad. Se va el suspiro, la tentación, se va la concatenación de hechos y segundos… se pierde el tiempo, se pierde todo aquello que no se puede perder, y se queda ahí. Solo. Se queda solo consigo mismo, con su soledad… porque el tiempo se ha detenido en un instante que durará para siempre, porque ha comprendido que lo único que faltaba en su vida era dar ese paso, dejar la pasividad, dejar de esperar… apretar con furia los dientes, abrir los ojos y solo estar dispuesto a sentir.
1 comentario:
B o n i t o. Hablas acerca del post con una simple palabra =)
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